Los que han tenido el propósito de ser padres de familia, saben el reto que representa brindar educación a sus hijos; el destinar una parte del recurso familiar para pasajes, útiles, libros, uniformes y hasta preparar una torta de frijolitos con huevo para la hora del recreo.
Y habrá quienes incluso hagan el esfuerzo de pagar una escuela privada, por eso me sorprende la afirmación de esta iniciativa al indicar que la elección de asistir a una escuela privada o pública debe basarse en la calidad de la enseñanza y no en la capacidad económica de las personas.
Sin embargo, la propuesta considera cambiar el estímulo de deducción de colegiaturas para ajustarlo a un porcentaje en función al ingreso del contribuyente, lo que puede resultar en que ocasione que el estímulo se diluya en la clase media, que por lo general son lo que pagan una escuela privada.
Así que les dejo la iniciativa por si la quieren ir revisando, no vaya a ser que se apruebe ahora que andamos muy sensibles con la reforma al poder judicial.
