Acabamos de celebrar el día del Contador sin embargo, existen varios colegas que aún no encuentran una razón suficiente para continuar ejerciendo una profesión que parece ser muy ingrata. Ahora con el tema de la contabilidad digital y las revisiones electrónicas parece que a varios se nos presenta el reto de seguir o dedicarnos a otra cosa.
En muchas de las conferencias que he impartido he visto todo lo contrario: amigos y amigas que han decidido invertir tiempo y dinero en capacitarse y actualizarse para vender un servicio por demás valioso en estos tiempos: TRANQUILIDAD a nuestros clientes (aunque a veces no se lo merezcan o nunca lo agradezcan). La buena noticia es que los contadores tenemos el corazón adecuado para compartir la carga como si fuera nuestra, porque finalmente nos dedicamos a cuidar las espaldas.
Estamos a punto de redefinir al arte o la ciencia de la contabilidad y hay que pensar en cómo eliminar el síndrome de MSCB, aunque no podemos emitir un juicio hasta no conocer el proceso completo y sobretodo el final de la historia.
¿Qué es lo que en verdad gana la gente a cambio de tanto trabajo? He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros. Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Así que llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que alegrarse y disfrutar de la vida mientras podamos.
ECLESIASTÉS 3:9-12 (Nueva Traducción Viviente)
