Desde que se anunció esta herramienta, comenzaron a proliferar los videos mostrando «las ventajas» de tener una aplicación para facturar desde el teléfono celular.
Es cierto que a diferencia del sistema en la página del SAT, aquí sí se pueden pegar datos directamente de WhatsApp, lo cual es muy práctico porque a más de un contador le ha pasado que al cliente le urge su factura y en los momentos más inapropiados te llega el mensajito con la información para que por favor les eches la mano, y le paguen, total es facilísimo, según ellos.
También tiene la ventaja de que se quedan guardados datos para evitar estar poniendo información que se repite en el llenado.
Pero sí tengo que mencionar que la parte «riesgosa» es que, para generar el comprobante, necesitas utilizar el sello (no fiel ni contraseña) con el que habitualmente facturas. Al menos en mi caso, soy enemiga de portar esa clase de información en mi celular. Será porque ya me han asaltado, y la última vez fue una pesadilla cuando todos los archivos y aplicaciones que vulneraron para obtener información.
Al final, si lo vemos con un enfoque hacia el futuro, con el tiempo van a desaparecer las computadoras y vamos a utilizar tabletas. Además de que prácticamente nuestra información va a estar en la nube.
Lo que sí es una curiosidad, es que para comenzar, la aplicación te solicita si permites recibir notificaciones, lo que a la larga va a ser uno de los primeros pasos para comenzar a notificar en lugares distintos al buzón tributario. Casi como si fuera una visión, no tarda la autoridad en pretender notificar a través de redes sociales.