En esta ocasión les comparto una nota que me envió amablemente el C.P. HECTOR HUGO QUIROGA OBREGON, debido a que una de las preguntas esotéricas que me han hecho el algunos cursos, es referente a la actitud que tiene la autoridad en la administración de los recursos que pagamos los contribuyentes.
El déficit del IMSS
Luis Pazos
La premisa de que la crisis financiera del Seguro Social es debida a que algunos patrones eluden sus pagos y la solución es subirles las cuotas, es falsa. Los orígenes del déficit del IMSS están documentados desde los gobiernos de Salinas y Zedillo.
El director del IMSS en tiempos del presidente Fox, Santiago Levy, presentó un estudio a los congresistas en el cual demostró que el déficit del IMSS era derivado de errores administrativos, de los excesos en las pensiones del personal sindicalizado y del monopolio de mano de obra por su sindicato.
Los enormes pasivos laborales generados por pensiones al personal sindicalizado, mucho mayores a las de trabajadores que cotizan de empresas privadas en esa institución, se han traducido en que sus recursos en lugar de ir a comprar medicinas, construir más clínicas y hospitales, se destinen a cubrir las conquistas laborales del sindicato, responsable en gran parte de la quiebra contable del IMSS.
La solución no está en aumentar las aportaciones de patrones y trabajadores del mercado formal, pues lo único que lograrán es alimentar más la informalidad y reducir la creación de empleos formales.
La solución, planteada ya por Santiago Levy bajo el gobierno de Fox y que no tuvo el apoyo del PRI ni del PRD es, primero, abrir la posibilidad de subrogar servicios del IMSS a hospitales privados, lo que provocaría un ahorro, pero el sindicato se opone, pues rompe su monopolio de mano de obra.
Segundo, homologar las pensiones de miembros del sindicato del Seguro Social con las de todos los demás trabajadores que cotizan en el IMSS.
Y tercero, transparentar y alcanzar una mayor eficiencia en la administración de esa institución, manejada en su cúpula por personal de confianza, muchos de los cuales gozan de los mismos o mayores privilegios que los sindicalizados.